Historias Indígenas de Mesoamerica

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domingo, abril 03, 2011

Los “chakras” toltecas


Dentro de ese campo del Yoga o "Kinam" en América, hay una serie de órganos llamados Kuekueyo, espirales luminosas, que funcionan como tras-formadores de la energía, almacenando las experiencias y modificando la percepción. De ellos afirma un códice mexica:

“Con nuestros Cuecueyo(s) iluminamos al mundo. En el sitio donde están nuestras luminarias, allí tenemos luz.” (Códice Matritense)





Algunos de esos centros se activan

1. Kolotl, “escorpión”, en la base de la columna vertebral. Es la sede de los instintos sexuales, reproductivos y de supervi-vencia. Se activa al nacer y alcanza su pleno funcionamiento en la adolescencia.

2. Iwitl,” plumón”, en el vientre. Es la sede de los sentimientos filiales y patrios, y los impulsos de socialización y comunicación. Se activa en forma natural antes de la adultez.

3. Pantli, “bandera”, en el ombligo. Es la sede del ego y los impulsos de representación, competitividad y dominio. Se activa asumiendo los retos y enfrentando las dificultades.

4. Xhochitl, “flor”, en el corazón. Es la sede de las emociones, la sensibilidad artística y los impulsos altruistas. Se activa enriqueciendo y ennobleciendo las experiencias.



5. Topilli, “bastón de mando”, en la garganta. Es la sede de la voluntad. Se activa tomando decisiones y afrontando las consecuencias.

6. Chalchiwitl, “piedra preciosa”, en la frente. Es la sede de la intuición; su funcionamiento mínimo es la razón. Se activa mediante estudio, meditación, ensueño y recapitulación.

7. Tekpatl, “cuchillo”, en la coronilla. Este centro sintetiza la actividad de los demás, conectando la energía individual con la cósmica. En él radica el impulso de trascendencia que nos caracteriza como humanos. Se activa a medida que los demás centros lo hacen.

Los centros forman una red que organiza nuestro campo magnético.

jueves, marzo 31, 2011

Kinam, el yoga tolteca




En esta disciplina, se busca alcanzar Senteotl, que no es otra cosa que la Conciencia Cósmica. Es decir, si son afines al pensamiento oriental, el Samadhi. El “kiname” (practicante) lo hará trabajando su Serpiente Emplumada, que no es otra cosa que el símbolo o metáfora del proceso de ascensiòn del alma. Para ello se ciñe a una serie de pasos, que se comprenden como una Higiene Energética, y que consiste en:

1. Recapitulación de los sueños cada mañana al despertar, realizada sin ánimo de interpretación, sólo de observación. Podemos hacerla mentalmente o por escrito.

2. Practicar ejercicios físicos. Afirmaban los toltecas que cada día tiene una energía particular, positiva o negativa, que podemos acentuar o neutralizar mediante la técnica apropiada. En Kinam se promueve la práctica de las posturas del Tonal o día calendárico, basada en el Calendario Sagrado de Anahuac.

3. Meditación, realizada a continuación del ejercicio anterior. Consiste en recoger los sentidos, hacer silencio mental y, si es posible, entregarse al éxtasis.

4. Recapitulación de lo que hicimos durante la vigilia, realizada antes de dormir en la noche sin ánimo de interpretación, sólo de observación. Se puede hacer mentalmente o por escrito (se recomienda al estudiante de Kinam llevar un diario de sus sueños y vigilias, pues ello le ayudará a materializar el siguiente paso).

Primer Paso, Toltekayotl, aprendizaje

Segundo paso, Nawatilli, normas, es el salto de la curiosidad al compromiso.

Este paso también se divide en dos etapas. La primera es el compromiso general; los libros toltecas lo resumieron en tres principios muy simples:

1. Topiltsin sentlasotla, amar lo divino.
2. Kateikniu’tlani, tener paz con los seres humanos.
3. Amo keketsa, no matar o no perder el tiempo.

Luego, el compromiso específico con su Maestro.

Amar lo divino nada tiene que ver con pasar al:

El tercer paso, Teochiwa, divinización.

El cuarto paso se llama Chipawa, transparencia; su objeto es que nos limpiemos física, psíquica y emocionalmente, hasta volvernos cual un cristal transparente que deja pasar sin distorsiones la luz del Sol.

Figura: asana o postura kinam

miércoles, septiembre 15, 2010

Pensamientos sobre la realidad

Un 26 de julio del año cristiano de 1.323 se funda la ciudad de Tenochtitlan, capital de los tenochcas (mal llamados “aztecas”). Tlakaélel nos había enseñado que si así se hubieran llamado, tendrían que haber provenido de un “Aztekacalco” que no existió. Y no de “Aztlán”, mítico también, de donde, en todo caso, habrían salido “aztlanecas”. En su honor, cada 26 de julio comienza una nueva Danza del Sol, y un 26 de Julio pero de 1875 había nacido Carl Jung, cientifico suizo.

¿Dónde está Jung?



Aún para quien haya incursionado en cierta hondura de la sabiduría tolteca (la Toltekayotl), hallar pistas del pensamiento junguiano puede ser arduo. De modo que aquí esta resumido en forma de glosario lo que se ha encontrado dentro del idioma nahuatl. Palabras (conceptos, en puridad) absolutamente asimilables con el pensamiento junguiano.

MACUILCAN: Se traduce como “la esencia de lo que soy”. Es el conjunto de características psíquicas únicas y personales. Es, entonces, el Inconsciente Personal o Inconsciente Individual.

IXCAN TOTONATZIN: Se traduce como “lo que de todos está en mí”. A todas luces, se corresponde con la idea del Inconsciente Colectivo.




TLOKE NAHUAKE: “Lo que está cerca y lejos”. Refleja tanto la relatividad del tiempo y el espacio, como el concepto que la distancia en este mundo puede no ser la distancia en otros planos. Encierra, en sí, la multidiversidad de la Relatividad espaciotemporal y el concepto de la Sincronicidad.

MOYOCOYANI: “Lo que ha sido, lo que es, lo que será”. Trascendiendo un limitado concepto junguiano –limitado por el título de este trabajo, no por su condición intrínseca- pero sabedores de la pasiòn de Jung por estudiar la Kabballah judaica y su riqueza filosófica…. ¿cómo negar en este término la contudencia omnipresente de aquél YHWH, aquél Yavé que dice de sí mismo “Yo soy el Que Soy”?. Si al parecer del gran suizo la Kabballah codificaba conocimientos arquetípicos del Inconsciente Colectivo, el concepto de Moyokoyani ratifica esa percepción.

DIOSES: Ah, dioses!. Desde la escuela primaria, se nos ha alimentado con la creencia “científicamente aceptada” de que los ancestros tenían múltiples dioses. Para cada día de la semana, para cada mes del año, para cada necesidad, para cada enfermedad, para cada miedo, para cada sueño, para cada fenómeno natural…. Saltando de un lado al otro del Universo como chapulines cocainómanos respondiendo a los pedidos o sacrificios de los humanos…. Bueno, ya sabrán que son los chapulines, esos saltamontes que en el Yucatán prehispánico suplía la carencia proteínica de la falta de ganado en pie –porque difícil tenerlos en la selva- por el valor altamente nutritivo de estos insectos. Hoy, son una golosina extendida por toda Centromáerica: asados, sazonados con chile, con ajo, con especias, dulces o salados, rociados con limón, se venden en pulñados que se comen golosamente. No saben mal, por cierto, pero en lo personal prefiero los “jumiles”, esos pequeños y salados escarabajos que se comen vivos, deslizándolos en el gañote y sintiendo como corren sobre la lengua, entre los dientes, sobre el paladar… Aunque, puesto a elegir, nada más rico que aquellos añorados gusanos del maguey, alimentados a pura sal durante unos días, tostados sobre el comal…

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